SPL Arabia Saudi. Hacia un nuevo paradigma.

Fútbol. Gente dando patadas a un balón en un campo. Una disposición táctica (o varias) con el objetivo de vencer a tu oponente a base de goles. Ocio para algunos, pasión para otros. Puede implicar ir al campo de tu ciudad, o quizás es animar a miles de kilómetros. A lo mejor es un club que cuando eras infante viste por la televisión y te hizo gracia el nombre, escudo o algún jugador. Quizás es algo social, es algo cultural, o puede que no sea nada de lo anterior. Y así es, a pesar de su simpleza, volviendo a lo de dar patadas. Hay una conexión visceral, que roza el bajo estómago en lo que rodea al deporte rey.

Antes nos creíamos que los futbolistas compartían estos sentimientos con los aficionados. Había jugadores que sabían que de vestir una camiseta se cerrarían las puertas del conjunto rival, o que serían recibidos al desagradable grito de pesetero, si osaba firmar por un equipo de mayor entidad y posibles. Pero a medida que se ha desarrollado el negocio alrededor del deporte ese “romanticismo” se ha ido apagando. Todo se ha reducido a cifras de récord y contratos millonarios impensables años atrás. Personalmente recuerdo como al central luso Pepe firmado por el Real Madrid por 30 millones de euros, le persiguió durante casi toda su etapa en el club madrileño el precio que se había pagado por él. Qué cosas.

Sin embargo, aún lejos de ser perfecto, es nuestro fútbol. ¿Pero corre el riesgo de dejar de serlo? ¿Puede el fútbol servir para algo más? Hoy, hablaremos de la SPL Saudí, el gran protagonista de este mercado veraniego.

Para contextualizar, el interés del golfo persa por el fútbol no es nuevo, ni siquiera es exclusivo ni excluyente del interés de este país por otros deportes y competiciones. Fórmula 1, Artes Marciales Mixtas, Tenis o Golf, entre otros. Pero, a diferencia de los deportes anteriores y sin intención por mi parte de menospreciarlos, el fenómeno global y el escaparate mundial que ofrece el fútbol no tiene parangón. Por ello creo que hoy toca reflexionar sobre lo vivido en este mercado y aventurarnos a lo que puede ser el futuro inmediato de nuestro deporte.

En cuanto a fichar a jugadores “experimentados” la SPL no hace nada diferente a lo que ya han intentado otras ligas de Australia, India, Japón, EEUU o China. Para los futbolistas es un retiro dorado, y desde luego genera un foco de atención traerse una figura de renombre.

La principal diferencia, aunque no la única, reside en el volumen y las cifras que han pagado en este mercado de fichajes. Tan sólo la Premier League ha superado el gasto de la SPL. Por ponerlo en perspectiva, este año se han hablado de ofertas de hasta 150 millones de euros por futbolistas de primer nivel, mientras que en los mercados anteriores los fichajes más caros habían rondado los 10-15 millones de euros. Cristiano Ronaldo es el primer fichaje del cambio de paradigma en la Liga Saudí. Es difícil explicar el mercado de la SPL sin la salida del astro luso del United en la 22/23. Le han seguido futbolistas de la talla de Sadio Mané, Karim Benzemá o Neymar. Lo han intentado hasta el último momento por la joya árabe Mo Salah. Y no han esconcido el interés por hacerse con Mbappé el día que salga del PSG (no lo digo yo, quejas al francés amigos y amigas merengues).

Pero son también fichajes de jugadores menores de 30 años, los que sí marcan diferencia respecto de otros intentos de países que hemos mencionado anteriormente en este artículo. Los Jota, Ruben Neves, Milinkovic-Savic, Otavio, Roger Ibáñez, Allan Saint Maximan o el jovencísimo español Gabri Veiga que en mi opinión muestran esa visión a largo plazo, a diez años vista, que tiene la SPL en mente para convertirse, o al menos intentarlo, en una de las mejores ligas de fútbol del mundo.

Sin embargo, en esta política de fichar a jóvenes jugadores, quizás más por esperanza que por convencimiento me cuesta pensar que estos jugadores, algunos cerca de su pico de rendimiento máximo, otros aún con muchos años por delante para desarrollar su mejor fútbol, vayan a permanecer en la SPL por tres o cuatro temporadas. Ya en su día vimos a algunos futbolistas volver de la Superliga China para reencontrarse con el fútbol europeo. Las cifras son mareantes, y es un debate que dejo para otro día, pero siendo tentador aceptar estos contratos tan suculentos, quizás les llegue con estar un año y retornar a la Serie A, Premier o Liga Española. Pero eso es algo que sólo el tiempo dirá. Es difícil estimar el crecimiento que puede tener la SPL en esta 23/24. Pero cuesta pensar que pueda desbancar a las principales ligas y competiciones europeas en audiencias y nivel.

Hemos visto en Qatar un proyecto como la academia Asphire que lleva ya años, con un ilustre como Michel Salgado muy implicado en la formación y mejora de jóvenes talentos. Lo difícil que es dar ese salto.

Pero esto no sólo va de deporte. No quisiera dejar pasar la ocasión para comentar la entrevista que ha dado Jordan Henderson capitán de la selección inglesa y ex jugador del Liverpool, en el que al menos tenemos que reconocerle la valentía de conceder una entrevista y responder absolutamente a todo, sin esquivar ningún tema espinoso. Como equiparaba el movimiento LGTBIQ+ con algo de carácter “cultural”, y que en su nuevo equipo no portaría brazaletes arcoíris para no ofender la religión ni la cultura del país en el que vive en la actualidad. Y eso es la punta del iceberg, y solo uno de los ejemplos. En la letra pequeña de estos contratos va implícito el uso de estas figuras internacionales como si se trataran de una buena agencia de relaciones públicas que alabe las bondades del país del golfo pérsico, pero por supuesto esquive todas las cuestiones en materia de democracia, derechos humanos o igualdad entre otros.  

En definitiva. El fútbol ha dado un paso hacia el futuro, que no necesariamente es un paso hacia delante. Quizás ya no era nuestro, quizás nunca lo ha sido. En cualquier caso, nosotros no hemos podido elegir. Los jugadores, sus agentes y los diferentes clubs europeos sí. Tocará estar pendiente en cualquier caso a esta visión a 10 años, y personalmente tengo curiosidad por el paradigma Arabia Saudí/Qatar y USA. Dos polos del mundo que con diferentes acciones están buscando el desarrollo del fútbol en sus fronteras. Dejamos para una futura ocasión asomarnos a la MLS y al impacto de Messi de cara al Mundial USA 2026.